lunes, 6 de diciembre de 2010

Extrañas frutas

La muerte por asfixia es horrible. Entre ella la especie de ahorcamiento tiene especial crudeza. Hay algunos relatos y poemas que de forma hermosa refieren tan feo evento. Strange fruit, un poema del comunista Abel Merepole (1903-1986) es uno de mis queridos. Lo escuché primero como una rola de Nina Simone y luego con Lady Day. Denso, culero, mas funeral Simone y la Holiday mas bucólica, el poema habla de unas "frutas extrañas" que dan los árboles del sur gringo: afroamericanos ahorcados, árboles que el esclavismo sureño hizo muy productivos. La rola, musicalizada por el propio Lewis Allan (alias de Meeropol), se volvió un himno de lucha negro contra las vejaciones del orden civilizado capitalista. En una parte dice:

Escena pastoral del gallardo sur
los ojos abultados, la boca torcida
el aroma de las magnolias, dulce y fresco
y de pronto el olor a carne quemada.


En "Ejemplo", un poema publicado en Lascas (1901), Díaz Mirón escribe:

En la rama el expuesto cadáver se pudría,
como un horrible fruto colgante junto al tallo,
rindiendo testimonio de inverosímil fallo
y con ritmo de péndola oscilando en la vía.


Raciel Quirino, en su blog Pavesa donde "colgó" el poema anterior, liga a Díaz Mirón con Baudelaire, quien en su poema "Una carroña" describe el hallazgo sorpresivo de un cadáver en descomposición en un paseo con su amada al campo.

En Michoacán, el tingüindinaco (como dice mi amigo Lietto Boz, que también lo es) Xavier Vargas Pardo escribió un cuento, "15 ahorcados a Jiquilpan", que describe la terrible odisea de Ceferino Uritzi, protagonista de su libro de cuentos Céfero. En él, este Ulises purhépecha se lanza con el rescate que tras sitiar el pueblo, una banda de forajidos revolucionarios pide a los del pueblo para perdonar la vida a 15 lugareños que se llevan secuestrados, con la amenaza de irlos matando uno por uno si no cumplen el pago exigido. Así, mientras casi los alcanza -un casi dramático, angustioso-, Céfero va viendo cómo en el camino van a apareciendo colgados en los árboles, que deja la recua de sombrerudos como testimonio del incumplimiento. Y no es que Céfero sea ni se sienta un superhéroe -es más un antihéroe-, sino que entre las víctimas va su amadísima, hija de un rico del pueblo, a la que quiere salvar entregando el dinero.

Yo escribí este poema inspirado en la canción y porque aun a la distancia, me sigue provocando dolor que hayan muerto tantos negros en manos de las violentas manos esclavistas del sur norteamericano. Pienso, ¿cuántos Charlie Parker habremos dejado de escuchar por esos mierda?, ¿cuántos John Coltrane o Mingus no habrían sido posible por un pelito de gato que salvó a sus abuelos o bisabuelos? ¿Cuántas Nina Simone habrán llorado la muerte de su padre, su esposo y sus hijos? No nos dejen caer en tentación, ni descansar en paz. Amén.


Fruta rara

¿Por qué están golpeados esos hombres?
Sus camisas, -¡míralas!- harapos,
-no podemos llamarles más camisas-
no cubren del horror ni tanto frío
[si no estuviera allí el terrible árbol
diría qué hermoso torso remarcado]
¡No! ¿Qué árboles son esos
que dan una fruta tan rara? En esta tierra
se da muy bien su especie, es lo que dicen
buitres de gorda sombra tras las alas.

Su tronco es similar, mas su raíz:
podrida por los coágulos apesta
y es la noche
un rocío de sangre entre las hojas
Su corteza añosa sigue invicta
al beso del machete
del hacha tumbadora
del pico persistente carpintero
y el mordisco mortal de la termita.

Sus mástiles afrentan todo el cielo
con tótems que repudren la verdad
con su rizoma enfermo
cuando pasea el dolor su casta obscena.
Desnuda de perfumes va la muerte
un caballo zarco y crines de oro
hablando en lengua extraña.

Fruta extraña y árboles: pasado
que no ha pasado aun, herida insana
que la pus destruye, duele, sangra.
Colgada fruta seca que alimenta
como amarga ponzoña
a gusanos de tierra arracimados
en la hoguera horrorosa de su ira
una pira de odiosa diferencia
y de carroña
que vocifera vomito solvente:
del cielo tornará buscando viles.

FVA, 06 de diciembre de 2010.

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