jueves, 20 de noviembre de 2008

Uno de esos días

Comenzaba a leer
para acortar el viaje:
3 cuartos de hora
del trabajo a la colonia
cuando estas dos chicas
compactas, turgentes, apretadas,
con su cabello rubio oscuro
Revlon 70-D
se sentaron a mi lado
en los únicos asientos libres
Hablaban
Hablaban
Seguían hablando
No tenían novio
Porque las aburría
Y la de falda de mezclilla
había tronado con él
¡el 14 de febrero!
Hay días que salen tan cansadas del trabajo
que no les quedan ganas de hablar
con nadie; de nada.
El libro seguía cerrado en mis piernas,
atorado el índice como separador
Una de ellas siente que su patrón
es muy amable, tú me entiendes,
la invita a desayunar, le ofrece zapatos,
que pague como pueda, o no.
Luego rieron de algo que no escuché.
Una de ellas acomodó su mini
al levantarse a tocar el timbre,
y preguntó si había leche en casa.
Yo reí y ella volteó: no parecía contenta.
El camión se detuvo, abrió la puerta,
su amiga se paró, bajaron.
Abrí el libro, sin ganas de leer.
Y pensé en el duro trabajo de esas dos chicas.
Definitivamente, hoy no era uno de esos días.

FVA, 12.03.07, La Maestranza.

jueves, 19 de junio de 2008

Huracán

El mar era lluvia.
Las olas golpeaban
las habitaciones de la costa.
La playa era sólo
agua salada.


21/03/2006.

miércoles, 18 de junio de 2008

La humeante bocaza del revólver

La humeante bocaza del revólver
Los desguanzados brazos lívidos
El astillado cráneo purulento
La órbita rota del ojo desnervado
El duro maxilar descerrajado
El pabellón sangrado del oído
La hinchada abdomen tumefacta
Las despatarradas piernas rígidas
La erección final del semen
El flojo zapato del pie izquierdo
La diestra mano que señala
La carta que ensucia todo el suelo
La sebosa cacha de una 38:
La humeante bocaza del revólver.

Ciudad, 30 de abril de 2008.

viernes, 8 de febrero de 2008

Nocturno Juguete

A dónde llevas niña,
ese juguete
Lo llevo a que se ahogue
hasta la fuente.

Es un patito feo
que nadie quiere.
Es un sueño blanquísimo
de nieve.

Lo llevaré a la oruga
de la noche,
que se lo coma vivo
y que vomite.

Lo llevaré a la yegua
de la noche,
que se muera de horror
y lo mastique.